Ya se han pasado casi dos años desde la revelación que armas fabricadas por la empresa sueca Saab Bofors Dynamics y vendidas a Venezuela aparecieron en las manos de guerilleros de las FARC. Es decir, estas armas han sido utilizadas para matar y lesionar personas inocentes en Colombia.
Hay que precisar que la decisión de vender las armas a Venezuela fue tomada por un anciano gobierno sueco en los años ochenta. Tampoco fue la intención de Saab que las armas terminaran en las manos de las FARC pero aún así, no se debe hacer negocios de armas con un país emergente, además cuyo presente presidente ha pronunciado apoyo a grupos ilegales armados.
Este gravísimo escándolo causó agitación en Colombia (algo que es totalmente entendible) no fue aliviado por las excusas inadecuadas pronunciadas por Tomas Samuelsson, director general de la empresa:
”Siempre es fastidioso cuando sucede”
Cabe preguntarse, ha pasado varias veces?
Creo que puedo hablar por todos los suecos cuando digo que lo ocurrido fue un escándalo de grandes proporciones y cualquier reacción colombiana frente a ello es totalmente legítima. Queremos un gobierno sueco que ponga fin a las exportaciones de armas, algo que el presente gobierno hizo poco después de la revelación. También cabe precisar que las armas fueron vendidas a Venezuela en los años 80 y que los presentes representantes del gobierno sueco en Colombia hicieron todo lo posible para resolver la crisis. No obstante, fue una crisis que pudo y debió haberse evitado.
